No confías en nadie y eso te hace sentir mal. Te pasas el día en guardia con tu pareja, esperando cualquier desliz para atacar. Eres desconfiada y a veces te ves provocando situaciones surrealistas o llevadas al límite como controlar llamadas, facturas, pelos en la ropa, olores desconocidos... ¡No es sano! También puede ser que todas tus sospechas no sean infundadas y que si el río suena, agua lleva. Si es así, pregúntate qué es lo que les ha pasado a tu pareja y a ti para haber llegado a tales extremos de desconfianza.
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1 comentario:
fuera los celos, la desconfianza. odio los celos, pero a vos te amo.
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